Orígenes y antecedentes


La historia de la novela policiaca comienza hacia 1840 con Edgar Allan Poe, a quien puede llamarse el padre de este género; no obstante, existen algunos antecedentes, entre los cuales el más remoto data del siglo V a.C.; nos referimos a la obra dramática de Sófocles Edipo Rey presentado en la obra de Sófocles a manera de uña investigación que el propio personaje cumple y de la que resultará su autoconocimiento.

Es tan moderna como la literatura de ciencia-ficción, y se desarrolló principalmente durante los siglos XIX y XX; en sus inicios fue calificada como "literatura barata", porque el crimen era un tema antiestético y se pensaba que no tenía trasfondo moral ni artístico.

Entre las obras que dieron origen a este tipo de escritos se la novela gótica o de horror (siglo XVIII), en donde se presentaban hechos terroríficos como Frankenstein (1818) de Mary Shelley. Este tipo de novelas aportó al género una explicación lógica al final del relato.

Otra interesante manifestación literaria fue la llamada novela de aventuras, que consistía en un relato que describía un difícil o accidentado viaje. Su protagonista generalmente era un héroe que representaba al ser humano como debería ser, un hombre lleno de virtudes.

Un hecho importante en el desarrollo de la novela policial fue la creación de la institución policial en Prusia (1822), y luego en Londres (1829) con la Policía Metropolitana en Scotland Yard. En esos años se prohibió la tortura para la confesión de los criminales, y que comenzó a buscarse indicios para que un sospechoso confesara su culpabilidad por medios menos cruentos, por ejemplo, enfrentándole a los hechos y pidiéndole explicaciones.

Desde la segunda mitad del siglo XIX lo peculiar del género-policía vs.criminales y ladrones- obligó a escoger dos tendencias: la intelectual-racional y la aventura.


En la intelectual-racional el brillante razonamiento del investigador, que barajaba hechos, indicios y pruebas para atrapar al asesino y sorprender al lector con el juego de la mente lúcida.
En la aventura prevalece la acción en la que se ve envuelto el protagonista.

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